¿Qué haces si tus hijos se portan mal?

¿Qué haces si tus hijos se portan mal?

 

Si eres padre y tienes hijos, es probable que en algún momento se porten mal. Puede ser frustrante cuando esto sucede, pero no debes castigarlos en el calor del momento. En lugar de eso, piensa en lo que ha pasado y aborda el asunto más adelante con una actitud calmada.

Recompensarles por su buen comportamiento.

Premiar el buen comportamiento es una forma positiva y eficaz de motivar a su hijo. Recompensar a su hijo por su buen comportamiento le ayudará a sentirse bien consigo mismo, y es una forma eficaz de animarle a seguir haciendo lo correcto. La buena crianza implica recompensar tanto el buen como el mal comportamiento, pero asegúrese siempre de recompensar las acciones positivas más a menudo que las negativas.

Un poco de miedo hace maravillas con el mal comportamiento.

El miedo es un buen motivador y también una gran herramienta de disciplina. Si tu hijo se porta mal, puedes utilizar el miedo para enseñarle a distinguir el bien del mal. Puedes quitarle algo que le guste o darle algo que odie como castigo por su mal comportamiento. Por ejemplo: si tu hijo no limpia su habitación, puedes decirle que no podrá jugar con la Xbox hasta que su habitación esté limpia. Otro ejemplo: si tu hija se burla de otro alumno en el colegio, puedes decirle que no podrá ver la televisión el sábado por la tarde si continúa con este comportamiento.

El miedo es una forma eficaz de prevenir el mal comportamiento porque da a los niños un incentivo para no hacer algo malo con el fin de evitar renunciar a algo bueno a cambio

Tenga un regalo inesperado.

 

Si todo lo demás falla y tu hijo se ha portado especialmente mal, prueba a darle algo que realmente quiera como recompensa sorpresa. No tiene por qué ser caro ni estar relacionado con el mal comportamiento: puede ser una excursión al parque o una cena en familia. La clave está en pillar a tu hijo por sorpresa para que no espere este tipo de amabilidad por tu parte. Si tu hijo cree que va a ser recompensado por portarse mal, eso le animará en el futuro.

Repite, repite, repite.

Hay que repetir el castigo hasta que entiendan lo que significa. Si no lo entiende, hay que seguir repitiéndolo hasta que lo entienda. También puedes probar otros castigos entre medias si el primero no funciona.

Haz que el castigo se ajuste al delito.

El castigo no debe ser mayor que el delito, pero puede ser menor si crees que eso se ajusta al temperamento de tu hijo. Los castigos también están relacionados con la edad: mientras que algunos niños son lo suficientemente responsables a los cinco años como para justificar castigos más severos que los que recibirían a los tres años, otros pueden no responder bien hasta los diez o doce años. Es importante tener esto en cuenta a la hora de tomar decisiones sobre el tiempo que su hijo estará castigado por la televisión o los juegos de ordenador, o sobre las tareas que tendrá que hacer después de llegar a casa del colegio cada día, ¡y cualquier otra cosa que surja entre esos dos acontecimientos!

Cuando castigues a tu hijo es bueno que seas creativo, distante y no asustes.

Castigar a tus hijos puede ser una tarea estresante y difícil. Es importante recordar que usted es el padre, no un amigo. Por lo tanto, está bien que su hijo se sienta molesto si no quiere que le quiten su juguete favorito o que no pueda jugar con sus amigos por su mal comportamiento. También puedes quitarle otros privilegios como los aparatos electrónicos (televisión, iPad), el tiempo de uso del ordenador o los videojuegos.

El objetivo del castigo no es necesariamente hacer felices a los niños, sino hacer que vuelvan a seguir las normas y a ser responsables de sí mismos y de los demás. El castigo debe ser creativo para que no se convierta en algo predecible; de lo contrario, perderá su eficacia con el tiempo. Si es posible, intente que los castigos sirvan para algo positivo, como salir a la calle después de cenar cada noche en lugar de ver la televisión hasta la hora de acostarse. Una buena regla general es que si algo tiene sentido, lo más probable es que tu hijo también entienda por qué se le castiga de esa manera, así que date crédito a ti mismo.

 

Esperamos que estos consejos te hayan ayudado a entender mejor cómo castigar a tus hijos. Hay muchas formas diferentes de disciplinar a los niños, y la mejor manera para tu familia puede ser diferente de la que funciona para otra persona. Recuerda que lo más importante es que todos los implicados entiendan las normas y sientan que se les trata con justicia. Si no estás seguro de qué método funcionará mejor para tu familia, habla con otros padres cuyos hijos se comportan bien cuando se les dice que no hagan algo: ¡pueden tener algún consejo útil!


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